06 mayo 2009

VEO VEO

Ayer estuve hablando con una de mis chicas favoritas del blogcindario sobre la pérdida de libertad e intimidad en los blogs. Un@ comienza escribiendo pensando que nadie que le conoce leerá el blog, se siente libre para comentar lo que quiera sin que nadie se sienta aludido.

Cuando empiezas a saber que la gente de tu entorno te lee te hace gracia y agradeces su interés. Algun@s amig@s empiezan a crear sus propios blogs (si servidora escribe sin saber escribir los demás pueden, ese concepto me chifla). Conoces gente interesante mediante este espacio y te agrada mucho. La cosa se tuerce cuando te empiezas a preocupar, cuando la gente se da por aludida en temas que no les conciernen. Alucinas con las inferencias de la peña que pasa demasiadas horas pegada a la pantalla. Flipas cuando gente que no conoces te conocen por el blog (oh Internet todopoderoso). Se te salen los ojos de las cuencas cuando algun@ proyecta sobre tus posts todo lo negativo de su ser. Total, que acabas una tarde de mayo hablando de sandalias de plataforma, actrices acabadas, Chockoberry tea y sobre si vas a cerrar tu blog porque ya no sientes lo mismo.

Durante estos años me ha dado pena cuando algún bloguero ha echado el candado. Con algunos estaba muy enganchada y disfrutaba con lo que exponían. Ahora pienso en las diferentes razones que les llevaron al cierre...

Sigo reflexionando sobre el tema y no llego a ninguna conclusión. Lo que no está dentro de tu casa está fuera, al alcance de cualquiera. A veces no nos damos cuenta de lo que compartimos, puede llegar a ser tan peligroso como cuando un amigo nos pide que seamos sinceros. Facebook, Twenty, Messenger, Twitter están cambiando nuestras relaciones y la manera en la que nos comunicamos en cierto modo. Todo está a la vista porque queremos exhibirlo, enseñarlo... ¿De dónde viene esa necesidad imperiosa? ¿Qué da más morbo observar a alguien que conoces o a un desconocido? ¿Saber el porqué de un post o imaginarlo? ¿Qué es más interesante las fotos de tu amigo o de su amigo?

Todos somos un poco vouyer, ya lo decía Hitchcock.

5 comentarios:

Mar dijo...

y yo te sigo leyendo, leyendo aunque no te diga ná :)
Ya sabes que he abierto y cerrado el blog varias veces, ahora de nuevo está a flote pero sin contar ni una sola intimidad, que para eso están los diarios :)
Y enganchaílla al facebook jajaja, donde ya se han mezclado todas mis amistades (de internet y no), familiares y desconocidos que necesito para jugar a las chorraícas del feis. En fin... :) la vida que va y viene.
Besoss

Anónimo dijo...

Lo bueno que tienen los blogs es que son gratis y, cuando has quemado uno no tienes más que buscarte un nuevo pseudónimo y abrir otro que nadie conozca, reinventarte y empezar de cero. Mejor que la vida misma!!
Lo malo es que llevo tanto tiempo con mi nick, que ya es mi segundo nombre, me da pena cambiarlo.

A.S. Olivier dijo...

Hagas lo que hagas brindaré en tu honor con valium y champagne..

Isidro R. Ayestarán dijo...

Una vez, hace mucho tiempo, unas críticas feroces me llevaron a cerrar mi primer blog, "Nocturnos", por el escándalo que supuso para muchos que me conocían de toda la vida el verme en fotografías artísticas con un alto contenido homoerótico. Sin embargo, tras una gratificante sobremesa después de una brillante cena entre amigos amantes de la literatura (y la libertad de expresión) me convencieron para que volviera a abrirlo.
Un año y medio después le bajé el telón, pero por problemas sentimentales. Y de esa muerte artística, a los quince días, nació mi Cabaret...

Y un consejo (y mira que no soy muy dado a darlos): digan lo que digan, piensen lo que piensen, cada uno es muy libre de expresarse como su corazón le dicte (en mi caso, por lo menos), y al que no le guste, que le eche azúcar (o según quien sea, cianuro espumoso).
Pasa de los comentarios (o moderalos).
Ultimamente veo a muchos que me siguen con la insana intención de cerrar sus diarios informáticos, y yo les animo a todo lo contrario. Que lo utilicen como terapia, como válvula de escape o como lo que sea...
Y sí... todos somos algo voyeurs.
Y yo, el primero, que para eso me parieron cotilla por devoción y metomentodo de vocación.

Felicidades por traerme a la memoria una de mis pelis favoritas. Impresionante La ventana indiscreta... y muy apropiado para ilustrar tu post.

Nos vemos muy pronto.
Mil besos

Miss Underground dijo...

Tha, qué ilu verte por aquí, pensaba que ya no escribías ni en tu blog, te seguiré la pista...

Enigmala, con lo que me gusta tu nombre y tu blog...¡No desaparezcas! Por cierto, tengo un regalito para tí relacionado con una cama ardiente.

Mi querido Olivier, deja el valium y si quieres brindar por mí hazlo con un cosmopolitan con vozka ruso del bueno.

Isidro, que ya estás en capilla... Me encanta lo de cotilla por devoción y metomentodo de vocación. No se puede ir contra natura aunque una quiera jajajaja. Gracias por tu consejo lo recojo con mucho gusto.