12 marzo 2010

Homequeening

No tengo ganas de escribir.
Vivo contaminada de realitys de nombres imposibles.
Mi nevera está vacía y mi cabeza llena.
La TDT echa humo.

El elefante sin nombre que sujeta mi puerta reprocha mi dejadez.
Queda menos para la primavera,
para abrir la ventana y dejarme empapar por la lluvia
para luego secarme con los rayos de sol.

Voy cantando de habitación en habitación melodías inexistentes,
las olvido al momento.

No entiendo a los quienes escriben pseudoversos
y se autodenominan poetas.

Ponemos nuestros pensamientos en feisbuk
y esperamos una respuesta...
Somos capaces de tener 12.675 amigos virtuales
e incapaces de seducir en la barra de un bar.

¿A quién le importa mi diarrea mental?