Una tarde de agosto del 2007 tres santanderinos de pro (hubiéramos sido 4 si el bucanero no hubiera estado buscando librerías con una sirena) nos perdimos por Madrid. Nos dejamos llevar por el ritmo de las calles comerciales y la modorra de la hora de la siesta. Un Madrid deshabitado como el colchón de más de algun@ nos abría los brazos y nos mecimos en ellos.
Los pies no perdonaban, hinchados como globos de tanto ataque shoppaholico y tantas cosas por ver, después de una comida diga del Espíritu Santo nos paramos a tumbarnos en un local de cuyo nombre no logro acordarme. Sí recuerdo a mis acompañantes, tumbados, cansados, amodorrodados, encantados de estar todos juntos...
En Madrid no hay mar, pero sí caracolas y palmeras de chocolate que se derriten en la boca hasta provocar vergüenza ajena, las tonicenas, los vídeos de Flymusic...
Hoy lo recuerdo porque tengo frío, y al aparecer estas imágenes en mi mente los pies y las manos se me calientan y em hacen sentir mejor.
¿Vive usted allí? Ya no recuerdo si hice la foto en Malasaña o en Lavapiés me gustan las dos zonas. Ni idea que fuera su calle, me llamó la atención por sus antiguas fachadas y ese regustillo retro. Me alegra que le haga ilusión ver su calle desde otra perspectiva.
Por cierto, actualice su blog que últimamente anda muy vago ;-)
4 comentarios:
¡Es mi calle!
Muchas gracias, me alegro de que le gustara...
¿Vive usted allí? Ya no recuerdo si hice la foto en Malasaña o en Lavapiés me gustan las dos zonas. Ni idea que fuera su calle, me llamó la atención por sus antiguas fachadas y ese regustillo retro. Me alegra que le haga ilusión ver su calle desde otra perspectiva.
Por cierto, actualice su blog que últimamente anda muy vago ;-)
Saludos desde las antípodas peninsulares. También cometí la barbaridad de caminar por Madrid a la hora de la siesta.
Mordisquitos fue buena la experiencia???
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