02 agosto 2006

Hoy se acaba lo bueno



Este sentimiento lo tenemos todos cuando se acaban nuestras vacaciones. Nos sentimos irritados, fastidiados porque no hemos sabido aprovechar bien el tiempo y a veces, incluso, deprimidos. El día pre-trabajo siempre es duro. Tener que levantarte a las 6:30, aguantar lo que te echen, trabajar, trabajar... En fin, un fastidio necesario pero ojalá fuera prescindible.

Este año quiero ser optimista, aunque tenga un infierno vecino en el corazón de 7 días, mi propia guerra laboral y este tiempo que no se aclara. Quiero ser optimista y disfrutar de lo que me queda (autoengaño efectivo):

- A las 7:30 de la mañana en pleno agosto espero encontrarme semisola en plena ciudad, el aire freco me despertará durante el paseo que no recorrido.

- Entraré con una gran sonrisa a mi oficina para, por lo menos si me veo reflejada en las puertas de cristal, al menos vea una.

-Pensaré en que por la tarde puedo hacer lo que quiera porque bendigo y venero el horario de verano.

-Crearé mil cosas que me hagan sentirme bien y si no las encuentro podré echar una de esas siestas de gorro de dormir y babilla o un placentero microsueño muy recomendable cuando no quieres sentirte amodorrado.

- No dejaré que la mala leche y la mala energía se apoderen de mí, porque en mi interior intentaré estar de vacaciones...

¿Cómo os sentís el día que se acaban las vacaciones? Os presto un guante de boxeo...

3 comentarios:

Pol dijo...

Uff recuerdo verdaderos traumas postvacacionales....pero ni ganas de hablar y de mala leche...

La vida de estudiante es mucho mejor aunque me uqeda solo un añito, luego no podré seguir viviendo del cuento...:P

Miss Underground dijo...

Ay ( suspiro) la vida de estudiante, qué buena es cuando se tiene un poco de dinerillo, es lo mejor. No tienes apenas preocupaciones, fiestorros, líos varios, alguna que otra hora de estudio y movimiento en la biblioteca...

Mi vida de estudiante fue durilla pero estuvo bien, son unos años que pasan demasiado rápido. El día de la licenciatura sentía tristeza y alegría al mismo tiempo: lo primero por l@s compañer@s que iba perder, y lo segundo porque había conseguido lo que quería.

Aprovecha lo que te queda al máximo, sácale todo el jugo...

Espero tener mañana fuerzas y ganas para seguir escribiendo, ya os contaré qué tal...

Levtos dijo...

Por romper la tendencia, a mí me gusta la vuelta de vacaciones. Emprendo nuevos proyectos, veo a mis compañeros, que son amigos.

La clave, obviamente, es que me gusta mi trabajo. ¿Y si no me gustara? Buscaría otro.