Todavía conservo un poema que escribí por entonces. Como poema no vale nada. Por aquella época me entusiasmaban Rilke y Benn, y ahora veo que estaba empeñado en seguir la estela de los dos al mismo tiempo. Pero también veo lo cercanos que estábamos el uno del otro. He aquí el poema:
Cuando nos abrimos,
tú a mí y yo a tí,
cuando nos sumergimos,
tú a mí y yo a tí,
cuando nos olvidamos,
tú a mí y yo a tí.
Sólo entonces
yo soy yo
y tú eres tú.
EL lector de Bernhard Schilnk
(págs 57-58)
No hay comentarios:
Publicar un comentario