06 noviembre 2006

Roma I




Bueno ya sé que hace una semana que aterricé pero no he podido pararme a relatar mi pequeño viaje a Roma. Ya sabeís que no fue de placer sino de trabajo y eso se nota mucho. El vuelo Santander-Roma fue una gozada, el avión se movió menos que un Alsa y mi pequeño miedo a volar desapareció. El Hotel Summit era de 4 estrellas en plan decadente y demasiado sucio para su condición (era muy parecido al de El resplandor) y la comida al final acaba sabiéndote muy similar aunque algunos buffets estuvieron muy bien. Mi jefa se apiadó de nosotras (éramos seis compañeras) y nso dejó la tarde del miércoles libre. Como estábamos alojadas a una sóla parada de tren de San Pietro pues nos fuimos hasta El Vaticano. Aluciné de verás, muchas gente y un edificio inmenso, fue extraño encontrarse en un sitio que tantas veces había visto en la tele. No pudimos entrar porque teníamos el tiempo pegado al culo pero estuvo bien pasear por esas calles llenas de turistas, con una luz y una temperaturas completamente veraniegas como podeís ver en las fotos.

De allí nos fuimos hasta el castillo de San Angelo y saqué una de las mejores fotos que he hecho a una estatua pero como no sé ponerla aquí ya os la pondré en un post aparte. Me gustó mucho por fuera pero em quedé con ganar de visitarlo. Después seguimos andando en dirección al Foro desconociendo lo que allí me esperaba. Antes de llegar allí visitamos la Plaza Navona con su fuente llena de andamios (una pena). Cuando llegué al Foro aluciné como pocas veces lo he hecho, fue mágico. Coincidió con la puesta del sol y mi cámara no podía parar, sin palabras. Llegamos justo cuando lo cerraron ( las 6 de la tarde, manda güevos) y no pudimos entrar pero mereció la pena. Me embriagó todo aquello y tengo fotos de mí misma en las que pensaríarias que cuelgue o qeu borracha está ésta con el Foro detrás.

Nos dirigimso al Coliseo y también flipé pero tampoco pudimos entrar, fotos y más fotos, ya anochecía. Nos paramos a descansar en unas galerías (milagrosa y misteriosamente no compré nada y eso que había un Lush) y fuimos a la Fontana de Trevi. Como era de noche se estaba muy fresquito y con poca gente, justo quien nos hizo una foto al grupo era de Santander, el mundo es muy pequeño. Tiré sólo una moneda (para volver) ya que dos es para casarte y tres para divorciarte...

De vuelta al hotel nos perdimos y cogimos el bus que no era, conseguimos llegar otra vez al Vaticano (menuda pateada) y de camino a la estación un individuo muy extraño nos estuvo siguiendo hasta que pregunté al encargado de la estación y desapareció. Finalmente llegamos al hotel sanas y salvas (ya os pondré el descampado) con la sensación de haber disfrutado por unas horas de la magnífica Roma...

(Continuará)



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