Nuestros corazones son lazos rojos

En mi primera clase de creatividad publicitaria el profesor comenzó preguntándonos qué anuncio nos había impactado más, yo contesté que éste, que cuando le ví con 9 años me dejó flipada. El profe me abroncó y me dijo que era un anuncio que transmitía terror y que la publicidad debía servir para otras cosas, no para acojonar al personal... Últimamente no sé qué pensar, los anuncios que intentan atemorizar a la gente dan risa y los de humor dan miedo.

Hoy es el día mundial contra el SIDA y la gente sigue muriendo. Los que nacimos antes del 82 tenemos una idea del SIDA tal vez extraña. Cuando éramos pequeños veíamos como en nuestros colegios públicos había cartelitos de los muñecos aquellos del SI DA, No DA. Oíamos hablar de Rod Hudson, de niños africanos muriéndose, de que era una cosa sólo de maricones-putas-yonkis, etc... La gente de mi generación no ha perdido amigos por el SIDA, en los 90 muchos cayeron, comenzaron las campañas de información, el uso del condón, el concepto de prácticas de riesgo... Es como si oyésemos aquello como algo que parecía que sólo había estado en nuestras teles en los 80.

En este anuncio tan tremendo del 87 el concepto de que todos estamos expuestos es brutal, sin información y sin coherencia en nuestros actos tenemos la partida perdida. Y sí, digo coherencia porque ultimamente flipo con la gente. Personas informadas y con estudios superiores, e incluso acceso a internet, siguen sin tomar precauciones en sus relaciones sexuales: que si no es lo mismo, que si me da alergia el látex, que si el condón corta el rollo... La información es importante, pero si estás informado y a la hora de la verdad pasas, estás apostando demasiado fuerte en tu contra.

Dicen que el perfil de la persona afectada actualmente es un hombre hetero de unos 40 años y que tarda en hacerse la prueba, y esto con toda la información que hay circulando.

¿Cómo se puede para? Sigo creyendo que en cierta medida está en nuestras manos, por eso follemos mucho, hasta que el cuerpo aguante, pero siempre con condón.