
Fue una gozada ir el día de la inauguración, aunque llegamos tarde al tedioso discurso oficial pudimos degustar champán carísimo y gracias a nuestros pases vip cortesía de Mil Rosas (por cierto sus centros pasaban como una obra de arte más) pudimos pillar algún canapé de manos del camarero mamarracho de turno que no entendía de flores ni de ná.
Mención especial la gente que acudió el primer día, no sabías si quedarte mirando las obras o a ellos y ellas, caras diferentes, estilismos vip y en algunos casos mucha tontería.
Resulta que en mi bautismo en la feria van y me sacan y ¡sin mi permiso! Si es que no se puede ir guapa a estos eventos jejejejejeje.
Por si os interesa el artículo os pongo el link:
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