31 agosto 2006

...¿Quién me está mirando desde el espejo?

Subidón, euforia, energía que sale de mi pecho y proyecta imágenes. Necesito correr, seguir caminando por el sendero que he andado y desandado hoy 3 veces. Calor, fuego, entrañas, cabezas giratorias y sillas pensantes. Caos, desorden, cuerpo anárquico, palpitaciones...¿Quién me está mirando desde el espejo? No lo sé, no importa, atravesaré el muro para seguir corriendo hacia la luz. Voy a crear destrucción, cenizas regeneradoras que me alimenten para continuar la marcha. Sudor, lágrimas, carcajadas sonoras en esta habitación hueca, vacía sin ti. Tic tac tic tac tic tac el veneno del reloj se acerca y la cama me engulle. Quiero que pare o tal vez no. La superficie espera confiada y mientras yo me sumerjo en esta fría noche.

7 comentarios:

Mar dijo...

Gracias por el regalito de esta mañana ;) no he podido por menos que ponerlo, ufff...

¿No eres tu misma quien te miras?

Miss Underground dijo...

de nada, pensé que era como si te dijera: ¡Nena, a mis brazos lo estás haciendo fenomenal!

;-)

ESE dijo...

Artistaza polisémica y polifacética. Cuánto aprendo yo de mi hermanita mayor. Sin palabras me dejas. Creo que por fin has encontrado el hilo conductor a todo tu potencial. Tenías que sacar esas grandezas que llevas dentro y hacernos un regalo como leyentes, que los oyentes ya te tienen de gratis. Besazos. Contigo siempre...

Miss Underground dijo...

Me acabas de poner colorada, cómo se nota que me quieres...

;-)

Carolina Piñero Gabardino dijo...

Precioso post el de ayer e interesante lectura la de hoy ;) Gracias, gracias mil por toda tu información y por preocuparte, pero tranquila no quiero molestar ni quitarte tiempo de tus cositas... Ya te comentaré más detenidamente por mail, es que no sé qué le pasa últimamente al servidor, hija! Una vez más un millón de gracias!

Miss Underground dijo...

Te llegó todo?? Te ha servido de algo? Ya me cuentas y ya sabes que no es molestia

;-)

Miss Underground dijo...

Muchas gracias Winnie por tus palabras, me animan a seguir escribiendo, un vicio del que una nunca parece desengancharse.